Después de mi viaje a Marruecos, no podía esperar más para contaros mi experiencia tras pasar un rato agradable con las personas que hacen que una semilla se convierta en oro líquido para nuestra piel.
Estas personas, aparte de abrirme las puertas de un lugar sagrado para ellos, me han contagiado el entusiasmo, amor, respeto y dedicación al aceite de argán, que más que su trabajo es su medicina, su cultura, su vida.
La zona arganera de Essaouira, reúne todos los veranos desde junio hasta septiembre un grupo de personas formado mayoritariamente por mujeres de diferentes edades que se dedican a la recolección de los frutos del árbol de argán.
Me explican que este paso es muy importante a la hora de determinar la calidad del aceite, ya que la recolección se debe de limitar a frutos enteros y sin despulpar, y no a las nueces. Ya que al escasear el pasto, las cabras se suben a los árboles para comer los frutos, que se caracterizan por tener una envoltura con alto contenido en azúcares, y luego defecan o vomitan la nuez.
Esta nuez, si se utilizara para obtener el aceite, el resultado sería un aceite con olor desagradable y que puede contener bacterias.
Otro factor importante que hay que tener en cuenta es la selección de almendras.
Una vez recolectado el fruto, se deja secar y procede al despulpado, la pulpa se utiliza para alimentar a los animales, y la nuez se rompe para sacar la almendra de la que finalmente se extrae el preciado aceite.
El proceso de selección de almendras se hace escogiendo las almendras de color beige uniforme y desechando las almendras rotas, ya que la rotura es símbolo de oxidación y por lo tanto pérdida de sus propiedades.
Una vez seleccionadas las almendras, se procede a su presión en frío para obtener finalmente el aceite que se deja reposar un tiempo en barriles de acero inoxidable.
Pasado ese tiempo se procede al filtrado del aceite utilizando un filtro de tela, y posteriormente se envasa para ser comercializado.
El aceite obtenido es de color amarillo dorado, olor a fruto de argán y tacto suave que se absorbe rápidamente tras su aplicación.
Desde aquí agradecimiento de los trabajadores a todos los farmacéuticos y personal sanitario que han valorado su trabajo y han dado a conocer el aceite de argán.
Yo Ghita Sehaqui mis agradecimientos a todos los farmacéuticos que han confiado en mi marca. A Gema Herrerías y Reyes Gallego por brindarme su apoyo desde el inicio de este proyecto.
Muchas gracias por la mención Ghita, eres una farmacéutica con mucha iniciativa y motivación. Un proyecto de calidad como el tuyo es fácil de apoyar! 😀
Es un lujo contar con grandes profesionales como tú, que sin tu apoyo no hubiera sido posible llegar a tanta gente. Seguiré trabajando con la misma ilusión para ofrecer más productos. Gracias de nuevo.